El conocimiento de la existencia del castúo me tiene inmersa en una reflexión de gran calado sobre las lenguas y dialectos.
En primer lugar, ante la presunción de cultura que SuperlaLópez hace en los comentarios de la entrada anterior, he de aclarar que yo nunca he sido ni aparentado culta. Soy una pseudointelectual -ver entrada al respecto- forjada a base de lecturas en diagonal de obras mediocres y crucigramas de toda ralea. Dicho esto, tampoco creo que saber de la existencia del castúo, convierta en más o menos culto a nadie.. ¡en fin!
Aclarada la doctitud de mis reflexiones, procedo a resumir mi conclusión:
Les presento a mi dialecto, que tengo el gusto de compartir con el Sr. Primark y nuestros tres gatetes: el MAPETE.
Mapete es una palabra de nuestro dialecto; significa "me apetece". La he elegido como nombre propio porque el día en que su uso pasó de una mera broma a diario, comprendí la grandeza de crear algo nuevo.
Pero no crean que los rasgos lingüísticos del mapete se quedan en meras contracciones de pronombres personales o apócopes de palabras, que son lo más característico, pero, además:
En mapete el modo subjuntivo campa a sus anchas. Por ejemplo, la primera persona del plural del presente de subjuntivo ha sustituido a la del presente de indicativo; el pretérito imperfecto del subjuntivo del verbo decir conserva el diptongo “IE”...
En mapete tenemos lexicalizaciones a porrillo,si bien es cierto que la mayoría demasiado políticamente incorrectas para ponerlas por escrito.
Y discúlpenme si no entro en más detalles. Preparo un diccionario CASTELLANO-MAPETE y no quiero estropear la exclusiva. A la par, insto a la Sección de Dialectología de la Biblioteca Virtual Madrileña a incluir el mapete en su lista de dialectos de la Comunidad de Madrid.