miércoles, 21 de noviembre de 2012

DE COMO INCORPORAMOS PALABRAS A NUESTRA VIDA COTIDIANA


Con gran pena y pesar confieso que mis circunstancias personales actuales me han obligado a incluir en mi exquisito vocabulario básico, las horrorosas expresiones " hijo de puta " y "cabrones" para referirme a unas personas determinadas. Las utilizo en masculino, como quien no quiere la cosa y las refuerzo proporcionándoles una entonación ferozmente despectiva.
Por supuesto, no recomiendo su uso a nadie, y menos el abuso injustificado. PEROOOO...
Desde mi cómodo sillón L, propongo que la RAEPI acepte el uso justificado de ciertas palabras no aptas para ser pronunciadas por nuestros delicados labios, siempre y cuando, su uso desdela moderación produzca un efecto terapeútico sobre la persona que actua como emisor de las
mismas. Del receptor, no digo nada, doy por supuesto que se las merece. 

P.D " lo que de la boca sale echando chispas, el bolsillo lo ahorra en psicoanalistas"

Leonor de Parma, abusando del efecto despeinado, incluso encrespado, en esta entrada.

7 comentarios:

  1. Desconocía el refrán pero lo adopto y le pongo un plegatín en el recibidor ...

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  2. Con lo que me gusta a mi un refrán... me lo apunto!

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  3. Ni yo misma lo conocía, inventando sobre la marcha...

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  4. Mi querida Leonor, esta vez (como casi siempre) también te voy a dar la razón. Con lo que están las cosas, una ya no se desahoga con un simple "hijo de la Gran Bretaña" y hay que que pasar a palabras más fuertes para que no nos reviente el hígado.
    Chio
    Jurando en arameo cuando hace falta

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  5. Leo!!!! ¿Has intentado un refrán?

    Esto es una Académica y no Pérez Reverte!

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  6. Lo mismo habría que darle parte, que se declaró en rebeldía con Qatar y sólo.

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